El número de personas fallecidas en
accidentes de tráfico en las carreteras españolas desciende en 2013 por décimo
año consecutivo.
El caso español no tiene precedente en ningún
país del entorno. La década de descenso de la mortalidad sobre el asfalto ha permitido
olvidar los trágicos años noventa, en
los que se rozaron las 6.000 víctimas al año. Las dos legislaturas socialistas
lograron rebajar esa cifra con el carné por puntos y con reformas penales hasta
alcanzar lo que en 2011 se consideró como una cifra simbólica: 1.500 muertes.
En actualidad, el Congreso acaba de aprobar
la nueva Ley de Seguridad Vial, que castiga con más dureza el consumo de
alcohol y drogas al volante (con hasta 1.000 euros de multa), lo que, a falta
de que el Senado ratifique la norma, vendrá a reforzar la lucha contra dos de
las principales causas, junto con la velocidad, de los accidentes.
La cifra de muertes en carretera en 2013 está
calculada a partir de los datos oficiales del DGT. El último recuento por
meses, ofrecido por la DGT a 15 de diciembre, señalaba que se habían producido
1.078 víctimas mortales en vías interurbanas.
Es un número inferior a los 1.301 fallecidos
registrados en 2012, siempre a falta de datos oficiales: son unas 171 muertes
menos, un 13% de descenso. Este indicador es el mejor en las estadísticas
históricas que elabora Tráfico desde 1960, cuando el parque automovilístico era
de un millón de vehículos, frente a los 31 millones actuales. Entonces se
computaron 1.300 muertos.
Los meses con menos siniestralidad del año
que acaba de concluir, a falta del cierre de diciembre, han sido marzo y mayo,
con 69 y 72 fallecidos respectivamente. Los más trágicos, agosto, con 118
víctimas mortales, y julio, con 113.
Andalucía (187 muertos), Cataluña (155) y
Castilla y León (108) encabezan el ranking de la siniestralidad y son las
comunidades que suman más de un centenar de fallecidos.
Por otra parte, a la DGT no le consta ningún
accidente mortal en Nochevieja ni en Año Nuevo, algo que no ocurría al menos
desde hace cinco años. Pero hay tres razones por las que podría cambiar, según
fuentes de Tráfico. La primera porque puede haberse producido un accidente
mortal que no haya sido reportado a la DGT por retraso en el papeleo. También
si muere un herido grave en las próximas 24 horas. Y, la última, si se ha
producido un siniestro y el vehículo no ha sido aún localizado.
El descenso en la siniestralidad de las
carreteras españolas también está relacionado con la reducción del número de
desplazamientos que se ha producido en los últimos años por la crisis
económica, y que en 2012 ya fue del 4,5%. Aunque, en el lado negativo, también
hay que tener en cuenta el envejecimiento del parque de vehículos y el descenso
del presupuesto dedicado al mantenimiento de las carreteras. De los 31 millones
de automóviles registrados en España, 13 millones tienen 10 o más años. Otro
dato significante es que la partida del Ministerio de Fomento para las
carreteras ha caído un 30% desde 2009.